El
libro de la República de Platón es una obra griega clásica, donde entre otros
temas, se analiza la dificultad de llegar a un concepto de justicia que sea generalmente
aceptado, asimismo, se distingue la justicia relacionada con Estado y con la
persona, además se buscan los puntos de coincidencia entre ambas vertientes.
En
el libro primero, se presenta el concepto de justicia propuesto por Simónides
que dice que justicia es decir la verdad
y devolver lo que se ha recibido (331c); Sócrates, personaje principal de
la República, desestima el significado literal de esta expresión en razón de
que no podría considerarse justo en todo momento y bajo cualquier circunstancia devolver lo que
se ha recibido, por ejemplo cuando un
amigo pide a otro que le guarde unas armas y posteriormente regresa a
pedírselas pero afectado por problemas mentales, por lo que el encargado de
custodiarlas no cometería una injusticia por no entregárselas.
Con
base en lo anterior, se interpreta el significado del concepto de Simónides llegando
a la conclusión de que se refería a que la justicia implicaría hacer bien a los amigos y mal a los enemigos
(332d). Sin embargo, también es cuestionado en razón de que la justicia es
considerada un valor supremo, por lo que la persona que lo práctica no puede
buscar el mal para otro, se considera que perjudicar a otro solo lo hará peor y
agravaría su condición, por tanto, la persona justa, que practica la excelencia
humana, debe ser justa tanto con sus amigos como con sus enemigos, pues no es
propio de ella perjudicar a otro.
En
ese punto, entra en la conversación Trasímaco, quien es un personaje ficticio creado
por Platón que representa a los sofistas, quien,
molesto por ver como utiliza Sócrates el método mayéutico, lo enfrenta, ante lo
cual es invitado a exponer su opinión al respecto, entonces Trasímaco afirma
que lo justo no es otra cosa que lo
conviene al más fuerte (338c) y justifica que el injusto goza de mayores
beneficios que el justo y logra mejores cosas que aquel.
Sócrates,
quien defiende los valores morales y el actuar recto de las personas, no
concuerda con esta posición e indica que ningún arte o conocimiento artesanal busca
su beneficio mismo, sino que tienen un fin específico, que es lo que más
conviene al más débil, como la medicina que busca preservar la salud de las
personas y, en el caso de la política, se debe buscar lo que más conviene al
gobernado. De esa forma, cada persona realiza la función que le corresponde, misma
que debe ser benéfica para los otros miembros de la sociedad.
Por
su parte, la injusticia, defendida por Trasímaco, solo produce conflictos y
disputas entre los hombres. Se indica que los hombres injustos son incapaces de
hacer algo juntos en común, pues terminarán por traicionarse entre ellos mismos
y, si no es así, significa que existe un poco de justicia dentro de ellos. De
esa forma, los justos son más sabios, mejores y capaces de actuar, por tanto
viven bien y son felices, mientras que los injustos son peores, vivirán mal y
serán desdichados.
Posteriormente,
se indica que existe una justicia del individuo y una propia del Estado. Al hablar
de la justicia del Estado, se hace alusión a como se debería conformar un
Estado ideal y dentro de esa concepción se encuentra un elemento de justicia
distributiva o social, ya que señala que la riqueza y la pobreza corrompen a
los hombres (421c), ya que unos hacen cualquier cosa por conseguir la riqueza
mientras que los otros se sobajan por culpa de la pobreza, por lo que los
hombres solo deberían tener lo suficiente, y efectivamente, la distribución tan
inequitativa de la riqueza genera problemas en relación con la justicia, aun
cuando existe una igualdad formal ante los tribunales, las personas con mayores
recursos económicos son capaces de contratar buenos abogados, mientras que las
clases desventajadas tienen que conformarse con la defensoría de oficio que en
la mayoría de las ocasiones no ayuda a representar adecuadamente sus intereses.
Las
cualidades que señala debe tener un Estado son la valentía, la sabiduría, la
moderación (que debe extenderse sobre la totalidad de las decisiones del Estado
ya que está en concordancia con la armonía natural entre lo peor y lo mejor,
tanto en el Estado como en cada individuo) y la justicia, que es indispensable
para que el Estado alcance la excelencia (432a y b).
En
este punto Platón, a través de Sócrates, llega a la conclusión de que la
justicia consiste en hacer lo que es
propio de uno, sin dispersarse en muchas tareas (433b), de esa forma justifica
esta concepción al señalar que:
…cuando
un artesano o alguien que por naturaleza es afecto a los negocios, inducido por
el dinero o por la muchedumbre o por la fuerza o cualquier otra cosa de esa
índole, intenta ingresar en la clase de los guerreros, o alguno de los
guerreros procura entrar en la clase de los consejeros y guardianes, sin
merecerlo, intercambiando sus herramientas y retribuciones, o bien cuando la
misma persona trata de hacer todas estas cosas a la vez, este intercambio y
esta dispersión en múltiples tareas, creo serán la perdición del Estado (434 b).
Platón
considera que un hombre justo no difiere en esencia de un Estado justo, sino
que la noción de ambos será similar (435b).
Respecto
al hombre justo, Platón se enfoca en la composición del alma, que se compone
por tres partes: el raciocinio (por la que razona), la parte irracional o
apetitiva (por la cual tiene hambre, sed, todos los apetitos) y la fogosidad
(que es un conflicto interior del alma por el que toma sus armas en favor de la
razón) (439 d).
Distingue
la fogosidad de la parte irracional, ya que aparentemente la primera formaría
parte de la segunda, sin embargo, considera que más bien la fogosidad es una
reacción instintiva de cólera que se presenta cuando uno detecta que se está cometiendo
una injusticia.
Me
pareció interesante la teoría de la justicia de Platón en razón de que analizando
su concepto, es evidente que muchas de las injusticias que se presentan, sobre
todo a nivel estatal, implican el incumplimiento de una función del Estado. Por
ejemplo, el problema del narcotráfico en México y sus repercusiones en la
población, surge por el incumplimiento de las atribuciones de las policías, de
los Ministerios Públicos y la corrupción de los gobernantes, que permitieron
que el problema creciera. Por tanto, a pesar de no ser una teoría que abarque
todas las vertientes analizadas en clase, vale la pena revisarla.
Bibliografía
Macintyre, Alasdair, 2006, Historia de la ética, Barcelona, Paidós.
Platón, 1988, Diálogos IV. República, Madrid, Gredos.